miércoles, 24 de febrero de 2016

"La respiración"



Este domingo hemos visto, en el teatro de La Abadía, otra obra de Alfredo Sanzol, que es autor del texto y director, "La respiración".


Caratula del programa de
"La Respiración"
Me gustó el pequeño folleto que te dan al entrar, con esa frase dura, "soy una náufraga en mi propia cama", que es una frase de la protagonista, claro.
Me gustó también el comentario que en ese mismo folleto hace el autor, y que comienza: "Cuando me separé hace un año el dolor era tan grande que no me dejaba respirar..." 
Todo te prepara para esperar algo hondo y dramático, y aunque también hayas leído algo de que es una especie de comedia no te lo acabas de creer.

El escenario es un salón de un piso pequeño, con un pasillo con puerta a la cocina y a la calle, básico y sin pretensiones.

Al principio me desconcertó un poco Nagore, la protagonista, me parecía una mujer con una forma de moverse, un tono de voz, unas reacciones tan peculiares que pensaba que no estaba actuando, simplemente que la actriz era así, y se limitaba a actuar como ella es, pero conforme avanzaba la obra veía que era un personaje construido perfectamente por la actriz, y esa es la magia de un actor, creo. O al menos lo que a mí me fascina.

La obra en conjunto es una obra fácil, un entretenimiento. Aunque de paso, y jugando con lo que se supone es la fantasía de la protagonista nos cuentan una historia de amores cruzados, mezclados y, sobretodo disfrutados, que ahí queda.
Parece que el autor ha juntado todo lo que sus amigos y familiares le han ido recomendando día tras día para ayudarle a "superar" lo de su separación, y le ha salido un mundo paralelo a la realidad, que al final le ayuda a la protagonista a encontrarse de nuevo con la alegría.

Se me olvidaba, los actores cantan de vez en cuando. A mí eso me cuesta un poco, no me acaba de gustar.

lunes, 22 de febrero de 2016

Algunas obras de 2013


Aunque quiero escribir sobre lo que acabo de ver casi no me atrevo a empezar este blog sin comentar algunos recuerdos de lo visto hasta ahora.


Nuestra vuelta al teatro comenzó en serio en 2013. 

Recuerdo que estábamos emocionados. Cuánto y qué bueno.


Hacer un resumen es imposible y sería una osadía, pero de ese año me vienen a la mente tres obras que si tenéis en algún momento la oportunidad deberíais ver:


Una adaptación de "Tirano Banderas", de Oriol Broggi. Un Proyecto "Dos orillas", del teatro español con teatros de Mexico, Uruguay, Colombia, Ecuador y Venezuela, con actores con todo tipo de acento y una verborrea preciosa.

Creo que una de las más completas que hemos visto. 
Una obra, no sé, gigante. Captó mi atención a tope todo el tiempo. Sólo oír a los actores encadenando frases ya era un disfrute total.

Habíamos visto el año anterior "Luces de Bohemia" dirigida por Lluis Homar, que era un montaje importante, más riguroso seguramente pero que no me llegó ni la mitad, aunque, claro, unos textos también que no veas. 


Otro impactante, "La tempestad" de Shakespeare, una producción de Barco Pirata, dirigida y adaptada por Sergio Perís-Mencheta (una personalidad a la que no perder de vista en este mundo del teatro).
Playa de La Lanzada, atardecer en octubre

Una versión rara y moderna, curiosa por la mezcla de teatro con audiovisual. Con imágenes bellísimas, en un entorno tan peculiar como las Naves de Matadero.

Y la tercera, "Esperando a Godot", de Samuel Beckett. Versión de Ana María Moix y dirección de Alfredo Sanzol, del Centro Dramático Nacional.
Es una obra difícil y yo iba de entrada como espectadora crítica. La he visto varias veces y además participé en una representación de Esperando a Godot cuando era adolescente... 
Y me encantó. 
Es la obra de siempre pero con un pequeño toque de humor, pequeñísimo, pero que se agradece en esta obra tan desoladora. Nunca se me habría ocurrido esa visión.